InicioSociedadLuis Arce señala el fin de la 'era del dedazo'

Luis Arce señala el fin de la ‘era del dedazo’

En el reciente ampliado del Movimiento Al Socialismo (MAS), realizado el viernes 21 de febrero en la ciudad de El Alto, el presidente Luis Arce lanzó fuertes críticas contra el sector liderado por Evo Morales, quien fue su jefe durante catorce años y al que calificó como la «nueva derecha» dentro del partido. En su discurso, Arce insistió en que el evismo ha pactado con la oposición para desestabilizar su gobierno y que su ambición política pone en riesgo la estabilidad del país.

Sin embargo, estas declaraciones contrastan con el pasado del propio Arce, quien fue una figura clave durante casi catorce años del gobierno afín a las dictaduras de Cuba y Venezuela, ocupando el cargo de ministro de Economía. Durante ese tiempo, Arce no solo respaldó las desastrosas decisiones del entonces presidente, sino que también defendió el empobrecedor modelo económico y político instaurado por Morales. Ahora, con una fractura evidente en el MAS, intenta desmarcarse de su antiguo líder y presentarse como el renovador del partido.

El exdictador Evo Morales marcó distancia este domingo con el Movimiento Al Socialismo (MAS) al señalar que ese partido sin su mando ya no es, supuestamente, la marca del pueblo. El otrora líder del partido sostuvo que el acuerdo que firmó con el Frente Para la Victoria (FPV) para las elecciones hizo “tambalear” a sus oponentes que creían que no iba a conseguir una sigla.

«El MAS antes era la marca del pueblo con Evo, una marca de dignidad con identidad, una marca de garantizar soberanía, no solamente soberanía política, social, cultural, una soberanía económica». No obstante, con estas declaraciones, el acusado por pedofilia parece sugerir que solo bajo su liderazgo el MAS representa los intereses del pueblo, obviando que su figura también ha sido cuestionada por prácticas autoritarias y decisiones que generaron crisis en el país. Su intento de imponer la idea de que él es el único líder legítimo deja entrever una visión reduccionista de la política, donde su presencia sería indispensable para garantizar soberanía y dignidad, ignorando la diversidad de opiniones y el desgaste que su liderazgo ha experimentado.

El masismo busca respaldo 

| La Derecha Diario

El ampliado del MAS también dejó en evidencia el bajo respaldo popular con el que cuenta Arce. La asistencia al evento fue considerablemente menor en comparación con actos similares en años anteriores, reflejando el desgaste de su liderazgo y la falta de entusiasmo dentro de las bases. A pesar de contar con el aparato estatal y el respaldo de algunos sectores sindicales, el presidente no logra consolidar un liderazgo sólido dentro del partido oficialista.

Uno de los anuncios más destacados del ampliado fue el supuesto fin del “dedazo” en la elección de candidatos del MAS. Según Arce y su círculo cercano, a partir de ahora serán las organizaciones sociales las que definirán de manera orgánica a los postulantes para las elecciones generales de 2025. «Hoy ponemos fin al dedazo. Nunca más un candidato impuesto, serán las bases quienes decidan», declaró un dirigente arcista ante la multitud. No obstante, esta afirmación se contradice con la persistencia del prebendalismo dentro del sector arcista, donde la repartición de cargos y beneficios sigue siendo una práctica común para garantizar lealtades políticas.

En la misma línea, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, señaló que «el MAS está en un proceso de renovación profunda, donde cada militante tiene voz y voto». Sin embargo, en la práctica, las decisiones continúan estando centralizadas en la cúpula arcista, que designa autoridades y candidatos a conveniencia, replicando las mismas dinámicas que se criticaban del evismo.

En este contexto, el vicepresidente David Choquehuanca sorprendió al plantear la inclusión de una mujer en el binomio presidencial del MAS, proponiendo así una fórmula “chacha-warmi” (hombre-mujer). Esta declaración ha sido interpretada como una estrategia para atraer a sectores que buscan mayor representación femenina en la política, pero también como un intento de Choquehuanca por posicionarse como un actor clave en la reconfiguración del partido.

Mientras tanto, la reacción del sector evismo no se hizo esperar. La dirección departamental del MAS en La Paz, alineada con Morales, convocó a una desafiliación masiva del partido en protesta contra las decisiones tomadas en el ampliado. Para los seguidores de Evo, la dirigencia arcista está traicionando los principios del MAS y alejando a las bases con medidas impuestas desde el gobierno.

La división interna en el MAS se profundiza a medida que se acercan las elecciones de agosto de 2025. Mientras Arce busca consolidar su liderazgo y proyectar una imagen de renovación, sus acciones y discursos reflejan contradicciones que generan escepticismo entre la militancia. Por otro lado, Morales sigue movilizando su base de apoyo, desafiando la autoridad de Arce y asegurando que él es el verdadero líder del proceso de cambio.

La lucha entre arcistas y evistas no solo define el destino del partido, sino que también podría determinar el rumbo de Bolivia en los próximos años. Sin embargo, más allá de esta confrontación interna, ambas facciones representan la continuidad de la corrupción y el fracaso económico que han marcado los últimos años. La pelea por el control del MAS no responde a los intereses del pueblo boliviano, sino a la disputa por el poder entre dos grupos que han demostrado ser incapaces de generar un verdadero desarrollo para el país.

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