Un mensaje inesperado transformó la vida de Paul Guilbeault el pasado 15 de enero. Mientras conducía junto a su esposo hacia California, con el propósito de donar ropa y suministros a las víctimas de los incendios forestales, su teléfono vibró con una notificación que jamás imaginó recibir.
En la pantalla, un texto simple pero impactante decía: “Tu perro, Damian, ha sido encontrado”.
Aquel mensaje inesperado reavivó la esperanza y marcó el inicio de una historia que parecía imposible: un emotivo reencuentro entre un hombre y su perro, separados por casi una década.
Esta conmovedora comenzó en 2017, cuando Guilbeault se mudaba de Massachusetts a Arizona. Durante una parada en Oklahoma, Damian se soltó de su correa y escapó.
Guilbeault, acompañado de su padre y un amigo, buscó al perro hasta altas horas de la noche, pero la aparición de un puma en la zona los obligó a detenerse. Permanecieron en Oklahoma durante una semana, explorando cada rincón en un intento desesperado por encontrarlo, pero no tuvieron éxito.
Este evento dejó una profunda huella en Guilbeault. Según explicó a ABC News, el perro había sido su apoyo emocional en momentos difíciles, convirtiéndose en un compañero inseparable. “Él era mi todo, y yo era el suyo. Perderlo fue devastador”, confesó.
Durante años, Guilbeault distribuyó carteles de búsqueda y compartió fotos de Damian en redes sociales, con la esperanza de que alguien lo encontrara. Sin embargo, con el tiempo, el dolor de no tener noticias lo llevó a reducir sus esfuerzos.
“Llegó un punto en el que ver su cartel de desaparecido era demasiado doloroso”, admitió. Incluso llegó a pensar que Damian podría haber sido víctima del puma que encontraron aquella noche.
El giro en esta historia ocurrió a principios de enero de 2023, cuando una mujer en Oklahoma City casi atropelló a un perro en la carretera. Según informó ABC News, la mujer recogió al animal y lo llevó a casa de su hermano, quien cuidó de él durante dos semanas antes de llevarlo a un veterinario.
Allí, un escaneo del microchip reveló que el perro era Damian y que pertenecía a Guilbeault. Cuando recibió la noticia, Guilbeault no podía creerlo. “Pensé que era una broma”, relató al medio.
Sin embargo, tras confirmar la información, él y su esposo cambiaron de rumbo y condujeron 14 horas hasta Oklahoma, llegando a las 6 de la mañana del día siguiente. Al reencontrarse, Damian, aunque visiblemente más viejo y desaliñado, reconoció a su dueño y movió la cola con entusiasmo.
El regreso a casa fue un momento de alegría para ambos. Durante el trayecto de vuelta a Arizona, Damian permaneció en el regazo del esposo de Guilbeault, mirando hacia atrás con una expresión que, según su dueño, parecía reflejar incredulidad y felicidad. “Era como si estuviera pensando: ‘¿Esto es real? ¿De verdad lo encontré?’”, comentó Guilbeault.
Desde su regreso, la vida de ambos ha estado marcada por momentos de conexión y cariño. Guilbeault lleva a Damian al parque todos los días, aunque el perro parece preferir quedarse en su regazo. “Cada vez que me levanto para salir de la habitación, él me sigue como diciendo: ‘¿A dónde vas ahora?’”, explicó.
El regreso de su mascota también quedó documentado en las redes sociales de Guilbeault, quien compartió en Instagram un emotivo video del perro volviendo a su antiguo hogar.
“Está muy contento cuando vamos a casa de mis padres, vivíamos allí y lo recuerda totalmente”, menciona el video, que muestra al animal moviendo la cola mientras se mueve felizmente sobre un sillón.
El reencuentro entre Guilbeault y Damian no habría sido posible sin el microchip que el perro llevaba implantado. Por ello, Guilbeault aprovechó la oportunidad para instar a otros dueños de mascotas a tomar esta medida preventiva.
“¡Microchipen a sus mascotas!”, enfatizó. “No importa si son perros, gatos o incluso aves, todos pueden ser microchipeados”.