El mayor de los Mossos d’Esquadra cuando se produjeron los atentados del 17-A, Josep Lluís Trapero, ha negado en el Congreso de los Diputados que el imán de Ripoll que formó la célula terrorista que cometió los atropellos de Barcelona y Cambrils, Abdelbaki Es Satty, no hubiera muerto en la explosión del chalé de Alcanar, mientras preparaban la madre de Satán con la que querían atentar contra objetivos como la Sagrada Familia. «Los restos» encontrados en los escombros «solo correspondían a dos personas. Eso es lo que determina la investigación y también la sentencia», aseveró el jefe de la policía catalana para descartar que uno de ellos no fuera Es Satty.
De esta forma Trapero se desvinculó de las teorías conspirativas que atribuyen al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cuando menos dejadez en los contactos que años antes, cuando estaba encarcelado por drogas, mantuvieron con Es Satty, lo que habría propiciado el atentado. Aseguró que a quien más daño hacen estas versiones, aventadas por el principal imputado en la causa en la que se investigan las cloacas policiales, el excomisario José Manuel Villarejo, que ha llegado a decir que al CNI «se le fue de las manos», es a las propias víctimas de los atentados.
Al diputado del PNV Mikel Legarda, Trapero aseguró que «a nivel de Cuerpos de Seguridad y de Inteligencia la colaboración más leal provenía del CNI, por diversos elementos». Explicó que porque «antes del verano el responsable de antiterrorismo se ponen en contacto, viendo los atentados que se habían producido en toda Europa podía haber un atentado» y si ocurría en Catalunya «los servicios de Inteligencia se ponían a disposición» de los Mossos, como se hizo.
Pero también, porque «antes de que se conociese la identidad de Es Satty, comunicaron que se había entrevistado con esa persona, aunque hacía un tiempo que no la tenían, a los investigadores de información». A la diputada de Junts Pilar Calvo se lo reiteró, aunque la información antiterrorista del CITCO fuera «mejorable».
El responsable policial defendió la labor desarrollada por los Mossos, que recordó que también forman parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como la suya. A la diputada de Vox Carina Mejías, que trató de bromear con la canción de «Cómo hemos cambiado», Trapero se mostró tajante: «En ningún momento me ha oído decir algo diferente, porque los mossos son policía del Estado. Soy el mismo entonces que ahora. Pienso exactamente y lo relevante es que actuó exactamente igual».