ROMA (AP) — Tras forjar vínculos inesperadamente estrechos con el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, la primera ministra de Italia, la conservadora Giorgia Meloni, está preparada para aprovechar una alianza más natural con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que la posiciona como una interlocutora clave entre Estados Unidos y Europa.
Pocas semanas antes de su investidura, Meloni se reunió con Trump en su residencia de Mar-a-Lago, una visita que, según dijo, fue “más allá de las expectativas”. El viaje, señaló, “fue una oportunidad para confirmar una relación que promete ser muy sólida”, antes de añadir diplomáticamente, “no sé si puedo decir privilegiada”.
Una fuerte relación transatlántica entre dos gobiernos conservadores crea “un valor añadido, no solo para Italia sino para toda Europa”, dijo a los periodistas este mes.
Queda por ver a quién beneficiará la relación. Algunos observadores creen que Meloni podría convertirse en una confidente de Trump, ejerciendo influencia, o en un caballo de Troya en Europa para los propósitos de Trump.
“Está claro que si Trump busca a una persona a quien llamar en Europa cuando lo necesite, Meloni es la indicada”, dijo Franco Pavoncello, profesor de ciencias políticas y presidente de la Universidad John Cabot de Roma. “A su alrededor en Europa, es un desierto”.
Conocida por sus gobiernos fugaces que raramente completan períodos parlamentarios completos, Italia está en la inusual posición de ser el gobierno más estable entre los principales aliados europeos y del G7, mientras Alemania, Francia e incluso Canadá se ven en problemas.
Meloni ha llevado a su partido, antes marginal y posfascista, desde la extrema derecha a posiciones más convencionales, especialmente en política exterior. Ganó terreno como figura política líder en Europa después de que su partido Hermanos de Italia lograra un sólido desempeño en las elecciones de la UE el pasado junio.
La líder italiana de 48 años hizo el viaje a Florida mientras su gobierno trabajaba para conseguir la liberación de una periodista italiana que fue arrestada a mediados de diciembre en Irán. A los pocos días de su regreso, la periodista, Cecilia Sala, fue liberada en lo que Meloni describió como una “triangulación diplomática” entre Estados Unidos, Italia e Irán. Cuatro días después, Italia liberó a un ciudadano iraní detenido por una orden estadounidense.
Aunque Meloni negó cualquier participación directa de Trump en el acuerdo, su ministro de Defensa dijo que las imágenes de Meloni junto a él reforzaron su “credibilidad” en un momento crítico.
Por motivos ideológicos, Meloni es una aliada natural para el próximo presidente de Estados Unidos. Ha combatido la inmigración, buscado acuerdos con naciones africanas para desalentar las salidas, y está decidida a procesar a los hombres que soliciten asilo en dos centros que Italia construyó en Albania. Su gobierno también ha adoptado políticas familiares conservadoras, como una prohibición de la gestación subrogada y medidas destinadas a limitar los abortos.
La química personal entre Trump y Meloni también es evidente y refuerza sus posibilidades de convertirse en su líder de referencia en Europa. Se les ha visto enfrascados en conversaciones durante las celebraciones por la reapertura de la catedral de Notre Dame en París el 7 de diciembre, cuando plantearon la visita a Mar-a-Lago. Meloni también tiene una amistad bien documentada con el principal asesor de Trump, Elon Musk.
La primera ministra italiana es una de las pocas líderes mundiales que probablemente asistirá a la ceremonia de investidura de Trump el 20 de enero, confirmando los fuertes lazos con la administración estadounidense.
Más sorprendente fue la sólida relación de Meloni con Biden, quien inicialmente vio el ascenso al poder de Meloni como un presagio de un cambio hacia la derecha en la política mundial. Pero las preocupaciones de Biden sobre su ideología se aliviaron por su apoyo a Ucrania en su esfuerzo por repeler la invasión rusa y su disposición a retirar la participación de Italia en la iniciativa china de infraestructuras Cinturón y Ruta.
Los dos se reunieron al menos dos veces en Washington, algo muy inusual para un líder italiano en solo dos años en el cargo. Biden incluso había planeado hacer su último viaje al extranjero como presidente este mes a Italia. Sin embargo, ese viaje fue cancelado en el último momento para que Biden pudiera permanecer en Washington y supervisar la respuesta federal a los incendios forestales que devastan Los Ángeles.
En cambio, Biden y Meloni hablaron por teléfono el viernes pasado. La Casa Blanca dijo que Biden expresó su agradecimiento a Meloni por el apoyo de Italia a Ucrania, así como por el liderazgo del país en el G7, la OTAN y la Unión Europea.
La posición proatlántica de Meloni, que aseguró sus lazos con Biden, puede resultar un desafío para una relación con Trump. Trump está presionando a los aliados de la OTAN para que aumenten su gasto al 5% del producto nacional, aunque Italia es uno de los apenas ocho miembros que no alcanza el objetivo de gasto en defensa del 2%.
“En Ucrania, el gobierno de Trump intentará encontrar una manera de dialogar con Rusia para alcanzar una solución y probablemente pedirá a Europa que haga más”, dijo Mario Del Pero, experto en relaciones transatlánticas y profesor de historia internacional en SciencesPo en París. “Eso pondrá a Italia en una situación difícil”.
Meloni ya se ha visto obligada a comentar sobre la reciente retórica expansionista de Trump, diciendo a los periodistas que sus comentarios sobre la anexión de Groenlandia, Canadá y Panamá pretenden ser una disuasión, un “mensaje contundente a otros grandes actores globales más que una acción hostil”.
La economía de Italia también enfrentaría un desafío en la promesa de Trump de imponer aranceles a las exportaciones, que al 10% podrían costar hasta 7.000 millones de dólares a la economía italiana, orientada a la exportación, según un estudio de la firma de análisis de riesgos Prometeia. Italia tiene un superávit comercial de 42.000 millones de euros con Estados Unidos, el segundo mayor destino de sus exportaciones después de Alemania.
La conclusión, según los analistas, es que Meloni sigue siendo una verdadera nacionalista que protegerá los intereses italianos ante todo.
Eso podría resultar a favor de Europa, por ejemplo en el caso de guerras arancelarias o choques de gastos en defensa. Pero podría resultar disruptivo para la unidad europea a largo plazo.
Ya se ha informado de un acuerdo con la firma SpaceX de Musk para proporcionar comunicaciones a través de la tecnología Starlink a instituciones italianas, lo que amenaza con socavar la constelación orbital Iris2 de 290 satélites liderada por un consorcio europeo que incluye al contratista de defensa italiano Leonardo.
“Es ingenuo imaginar que ella será capaz de defender los intereses de la UE, mientras que más probablemente actuará como un caballo de Troya para Trump en Europa”, dijo Nathalie Tocci, directora del Instituto de Asuntos Internacionales con sede en Roma. “Cuando se enfrenta a decisiones difíciles, siempre termina tomando el camino euroescéptico, porque es donde realmente está su corazón”.
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Aamer Madhani, en Washington, D.C. contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.