Buenos Aires. “Cortémosla, terminémosla”. Con estas palabras, Gabriel Puma Goity puso fin a su paciencia frente a las opiniones de su colega Florencia Peña hacia la repetición de Poné a Francella, el recordado programa humorístico que compartieron a comienzos de los 2000 y que Telefe volvió a emitir. En una entrevista con Intrusos (América TV), el actor no ocultó su desacuerdo con las opiniones de su colega, al calificar de exageradas sus declaraciones sobre la vigencia de ciertos contenidos en un mundo que, según ella, cambió profundamente.
“Es una opinión de Florencia, qué sé yo, pero el público está encantado”, aseguró Goity con firmeza. “Tampoco hay que subestimar a la gente. Me parece que ponerse tan… Si no, tampoco haría una obra de esclavitud porque no hay más esclavitud. Me parece que es un poco exagerado”. El intérprete dejó clara su postura: para él, el humor debe ser juzgado en su contexto original y no reinterpretado con los ojos del presente.
Emitido originalmente entre abril de 2001 y diciembre de 2002, Poné a Francella se consolidó como uno de los programas humorísticos más exitosos de la televisión argentina. Su mezcla de sketches cómicos, personajes memorables y un humor que reflejaba las costumbres de la época lo convirtieron en un fenómeno. Entre los momentos más recordados están Sambucetti, Enrique el antiguo y Un día de furia, segmentos que marcaron a una generación.
Sin embargo, el regreso del programa a la pantalla de Telefe no estuvo exento de polémica. Florencia Peña, quien fue parte fundamental del elenco, expresó recientemente su incomodidad con algunos de los contenidos que, a su juicio, quedaron desfasados con los valores actuales. “Fui muy feliz haciendo Poné a Francella. Amé ese programa y aprendí mucho con Guille en ese momento de nuestra historia. Pero hay algunos sketches que hoy quedaron antiguos, no porque en su momento no fueran geniales, sino porque el mundo cambió y el humor también cambió”, explicó la actriz en una entrevista con Teleshow.
La declaración de Peña plantea una pregunta que trasciende el ámbito televisivo: ¿hasta qué punto el humor puede ser revisitado sin chocar con las sensibilidades actuales? Según la actriz, el cambio cultural y los avances en cuestiones como el feminismo hacen que algunos contenidos ya no sean aceptables. “Hoy no haría Sambucetti ni La nena con esta cabeza y este contexto. Pero lo hicimos, y también dejé que pasaran cosas que hoy por hoy me pregunto cómo no me daba cuenta”, reconoció.
Entre sus reflexiones, la actriz señaló que el humor no solo es un producto del tiempo en que se crea, sino también un espejo de las tensiones y debates de cada época. En ese sentido, destacó que “algunas cosas han cambiado para mejor” y subrayó la importancia de seguir reivindicando las luchas sociales. Sin embargo, también admitió que la sociedad atraviesa un momento de incertidumbre en cuanto a lo que es o no permitido en el ámbito de la comedia: “Ahora no nos estamos riendo de nada porque no sabemos de qué reírnos, no sabemos qué está bien y qué está mal”.
En contraposición, Goity adoptó una postura más combativa. Para él, el humor debe ser valorado en su contexto original y no reinterpretado con las sensibilidades actuales. “Es un programa de humor y punto, y te lo tomás con humor. Me parece un poco exagerado. Tampoco Casados con Hijos es un canto… Vamos, lo mismo, no jodamos, es humor, es comedia”, afirmó.
Además, el actor cuestionó la tendencia a revisar con lupa los contenidos del pasado: “No seamos más boludos, de verdad, con todo respeto. Me parece muy bien que esté Poné a Francella. Lo prefiero antes que otras cosas que se ven, que son espantosas, y supuestamente son modernas y respetuosas”.