El 2024 ha llegado a su fin y deja un balance mayoritariamente positivo para el empleo. No ha sido el año más prolífico en creación de ocupación entre los últimos, tampoco ha logrado cerrar brechas históricas que llevan décadas lastrando al mercado laboral, pero, en su conjunto, deja un balance con más ocupados, menos paro y una calidad de la ocupación mejor que en épocas anteriores.
Este viernes los ministerios de Trabajo y Seguridad Social han actualizado los últimos registros, que revelan un crecimiento de la ocupación de medio millón de personas y una caída del paro de 146.000 personas, hasta su menor nivel desde 2007.
¿Quién tira del empleo? La fórmula ‘Doble M’
En el último año, la Seguridad Social ha ganado medio millón de nuevos cotizantes y la mayoría de ellos tiene rostro de mujer y de migrante. Una dupla que viene sosteniendo el actual ciclo expansivo del empleo, que encadena cuatro años en positivo. Más de la mitad de los nuevos ocupados fueron mujeres, una tendencia que se ha ido imponiendo a medida que durante las últimas décadas las mujeres se han ido incorporando al mercado laboral y corregido la brecha de género que históricamente ha existido.
En paralelo, cuatro de cada 10 nuevos empleos los asumieron personas nacidas fuera de España, algo inhabitual antes de la pandemia, cuando su peso en la nueva ocupación era tres veces menor.
Otro colectivo que históricamente ha tenido dificultades para su inserción y que en el actual contexto de bonanza está teniendo oportunidades son los jóvenes. Casi un tercio de los nuevos asalariados son menores de 30 años, unas 146.000 personas, según ha detallado el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, en rueda de prensa este viernes. La mayoría de ellos -nueve de cada 10- tienen un contrato indefinido, si bien ello tampoco es garantía absoluta de estabilidad. Y tres de cada 10 nuevos contratados tienen un empleo a tiempo parcial, lo que implica menores salarios.
Paro, a su menor nivel desde 2007
El paro descendió en los últimos 12 meses en 146.738 personas, hasta dejar un total de 2,56 millones de parados oficialmente inscritos en el Sepe. Dicha cifra deja un balance agridulce. Por un lado, es la menor cifra, en términos absolutos, desde diciembre desde 2007. Es decir, hace 17 que no había un menor número de parados en España. La contra es que, si se compara con los estándares europeos, España sigue siendo el estado con mayor número de parados.
Un mérito de la economía española es que está logrando alargar el crecimiento de la ocupación lo suficiente y con suficiente intensidad como para reducir el desempleo a ritmos elevados. En el último año la cifra de parados ha bajado en un 5,4%, un ritmo superior al registrado el año anterior (-4,6%) y que se sitúa justo en la media del dato registrado durante la última década. La incógnita ahora es si logrará seguir reduciendo su desempleo y acercarse a los dos millones de parados que había antes de la burbuja.
Sectores dispares y volatilidad persistente
Por sectores, en términos absolutos los actuales motores del crecimiento del empleo son la sanidad (61.700), la hostelería (54.398) y el comercio (53.380); si bien otros oficios como el transporte (46.454) o las actividades profesionales, científicas y técnicas (32.737) también han tenido un cierto protagonismo este 2024.
Ese mapa por sectores deja una calidad desigual del nuevo empleo creado, con gremios históricamente caracterizados por buenas remuneraciones, como las actividades profesionales o la sanidad, así como también aquellos que peor pagan, hostelería y comercio.
El elevado peso de estos segundos puede ayudar a explicar, en parte, la alta volatilidad que sufre un número no menor de empleados. Y es que, por ejemplo, el último día del año un total de 160.080 personas fueron dadas de baja de la Seguridad Social, frente a 107.871 altas. Ese efecto ‘final de mes’ lo buscó contener la última reforma laboral y lo ha logrado solo en parte.
Buen año para los autónomos
A diferencia de los dos años anteriores, cuando el colectivo de autónomos evitó perder integrantes o registró ganancias muy contenidas, este 2024 ha sido un buen año, en términos numéricos, para los afiliados al RETA. La Seguridad Social ha cerrado el año con 42.396 autoempleados más, el triple que los incorporados durante el 2023 y un balance por encima de la media registrada durante la última década.
Las actividades profesionales, científicas y técnicas (+14.213), la información y las telecomunicaciones (+7.340) y la construcción (+6.096) son las actividades que más están sumando trabajadores por cuenta propia. Mientras pierden efectivos la agricultura (-3.691) y la industria manufacturera (-2.326).
Madrid prepara el ‘sorpasso’
Sin ser 2024 un mal año para ninguna autonomía -incluso la Comunitat Valenciana ha logrado ganar ocupación durante los últimos meses pese a la DANA-, la Comunidad de Madrid ha tenido un rol protagonista en la cantidad de empleo creado. Con 114.779 afiliados más que hace un año, ha superado a Andalucía (93.770) y a Cataluña (81.016), sus históricas rivales por magnitud de población.
La capital y su capacidad de aspirar los recursos de los territorios aledaños -tal como constatan periódicamente las revisiones territoriales del PIB- hacen más que probable que de el ‘sorpasso’ en algún momento del 2025 y se coloque, por delante de Cataluña, como primera empleadora en España. Actualmente, hay 16.000 ocupados de diferencia entre ambos territorios.